Me gusta la gente que no se arrepiente, que si promete cumple, la gente a la que le gusta dar y sabe recibir, la gente que no te regala sus palabras solo por compromiso, la gente sincera que va de frente hasta el final, que no esconde la cabeza… O simplemente que mira hacia otro lado.
La mirada es el espejo del alma, mira a los ojos y comparte tu alma, escucha, no oigas y sobre todo siente: por ti y por los demás.
Pero abunda la postura más fácil, la de decir: no me gusta lo que veo, no me gusta donde me he metido, no me gusta enfrentarme a nadie…. Pues miro hacia otro lado y ya se pasará. Por no mirar no significa que no pase nada, la vida sigue y tú te lo has perdido.
A veces es normal parpadear, la mirada se cansa, sobre todo cuando no te devuelven la mirada, una sonrisa, una emoción… En ese momento que parpadeas te das cuenta y piensas…
¿Y si cuando los vuelva abrir…?
¿Y si no los abro…?
¿Y si miro hacia otro lado…?
Pero mientras piensas (el tiempo pasa) ya estás mirando hacia otro lado. Mira de frente, decide, actúa, haz y sobre todo no hagas daño a los demás.
«Cuando miras hacia otro lado, lo único que haces es esquivar un problema y acumular otro».
Yo me he propuesto mirar de frente, no intentar y hacer, seguir de frente con la cabeza bien alta y la mirada tranquila, porque se que me cruzaré con miradas sinceras, divertidas, atrevidas, creativas, luchadoras… Y esas son las que recordaré y las que no… las etiqueto y las guardo en el cajón del olvido, porque sé que algún día se volverán a cruzar en mi camino y yo tendré tanta experiencia en miradas…
¡Que ya no me afectarán!
Antes de mirar hacia otro lado te propongo:
1. Sonreír
2. Llorar
3. Levantar la ceja
4. Picar (sólo) un ojo
5. Dormir un poco y descansar la vista
6. Quitarte las legañas
7. Ponerte una gafas de sol para no deslumbrarte
8. Ponerte las gafas de vista para confirmar lo que estás viendo
Pero por favor no dejes de mirar…
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir