Parece una broma (pero de eso tiene poco) en cualquier caso es una “broma macabra”.
Estamos absolutamente conectados, cada vez más, algo de lo que soy partidario, ya que esta nueva era social digital nos engrandece, pero claro; tiene que ser de una forma saludable y bien gestionada, ya que sin los límites adecuados, termina por convertirse en un “permanente estado de conexión” en lo virtual, pero “desconectado” de lo real.
De ahí surge ese nuevo concepto de “InfObesidad”, ese exceso de estar constantemente conectado y buscando nueva información.
Hoy en día la atención se encuentra asediada por los artilugios tecnológicos que continuamente nos invaden con mensajes y noticias. Podemos estar conversando con una persona y ver cómo, de repente, deja de prestarnos atención y lee lo último que le ha llegado al móvil, tal vez un WhatsApp intrascendente.
Esta actitud causaba perplejidad y enojo hace unos años; hoy nos hemos resignado a verla como algo normal. La necesidad compulsiva de estar pendiente de si nos llegan mensajes ya tiene un nombre: InfObesidad.
La información y la atención son antagónicos, de modo que cuanto mayor es el número de estímulos informativos, menor es la atención que podemos prestar a cada uno. Por este motivo el auge de la comunicación tecnológica multiplica nuestras relaciones insustanciales (las relaciones virtuales) a la vez que tienden a reducirse nuestras relaciones sustanciales (en las que podemos mirarnos a los ojos y abrazarnos).
En países como Estados Unidos y Alemania, los adolescentes dedican más de siete horas diarias al uso de dispositivos digitales. Es la primera generación de la historia que crece dedicando más tiempo a las pantallas que a la auténtica relación presencial con las personas. Daniel Goleman (escritor y psicólogo) considera que las nuevas tecnologías pueden ciertamente estimular la atención concentrada, pero lo hacen a costa de la atención abierta, del juego libre y espontáneo y del contacto directo con personas, algo que es esencial para el desarrollo cerebral. Dada la enorme plasticidad del cerebro, que crea conexiones neuronales allí donde se utiliza y se atrofia donde no se utiliza, todo ello implica, según Goleman, que estamos realizando un experimento sin precedentes con las generaciones más jóvenes.
Info Vía MenteSana.com
Creo que esto nos puede causar un problema por la falta de productividad, sobretodo los que están en el mundo del marketing digital, ya sea trabajando o estudiando, porque pueden pasar horas pegados literalmente a la pantalla del ordenador, pero sin realmente haber conseguido hacer nada.
Para evitar esto he encontrado un fantástico post de mi amiga y compañera bloguera Laura Ferrera.
Mi opinión es clara: redes si, pero con prudencia, coherencia y algo de disciplina.
¿Y tú que opinas? ¿Te sientes absorbido también por las redes? ¿Sufres de InfObesidad?
¿Vas a cenar, y en vez de hablar con tu acompañante, contestas tus whatsapps o emails?
Be Sociable, Share!
Sé sociable, Comparte!
Compartiendo en tus redes sociales mejoramos todos.