Como bloguera colaboradora, se estrena en ¡Qué te Parece!, la amiga Magda, con este magistral post sobre: «El Amor Saludable».
¿El amor vale la pena? NO, el amor vale la alegría. El amor y el modo de ver las relaciones es un tema muy relativo y difícil de analizar, ya que según los contextos, las culturas y la educación, unos lo verán de una manera y otros de otra.
Cierto es que llevamos una mochila a cuestas de esquemas mentales e interpretaciones del amor que no son más que nuestra herencia cultural y educacional.
Un sector de las personas relacionan el amor con el apego, con la dependencia, con los celos por su ser amado, por sentir que son parte de él y él de ella, y un sin fin de creencias erróneas que nos anulan como seres independientes.
Es importante sentir que cada uno de nosotros somos seres independientes, libres, y completos. Cuando eso no ocurre, se manifiesta la sensación de que el otro nos completa en vez de complementarnos y ahí comienzan los problemas, sobretodo de dependencia, y de creer que sin el otro «no somos nada«.
Hay una frase que usamos a menudo que es algo así como » sin ti no soy nada«, esa frase parece de lo más inocente, pero realmente lleva consigo una connotación cargada de dependencia. Si cambiamos la frase y usamos un «sin ti soy mucho, y contigo soy mejor«, probablemente cambie la interpretación de lo que en realidad debemos decir.
Ni la libertad es falta de amor, ni el apego es amor.
Estamos muy acostumbrados a querer poseer al otro desde el momento en el que decidimos estar en pareja. La compañía es maravillosa durante la trayectoria de la vida, sin embargo, cuando ese acompañamiento lo decoramos con tintes de posesión, lo que viene después es bastante destructivo. Las personas elegimos a personas, y a partir de ahí, cada uno, elige libremente lo que quiere dar y lo que no quiere dar, y nosotros, podemos decidir en todo momento si eso compensa y si nos vale, y por supuesto, también somos libres a la hora de «desechar».
La idea tradicional de que el apego y los celos como su máxima expresión son manifestaciones del amor son creencias heredadas muy perjudiciales para la salud del amor. Su nombre es falso amor, o amor contaminado.
La resistenciaCuando amamos bien dejamos soltar y no nos resistimos, a pesar de sentir que queremos enormemente a nuestro compañero/a. Es un trabajo muy difícil de llevar a cabo, pues nos entorpecen los esquemas mentales, las barreras y los miedos que llevamos como carga en nuestra mochila emocional. Todos hemos vivido rupturas emocionales tremendas, con un dolor físico justo debajo del esternón, en eso que llamamos corazón, digo bien, físico.
El corazón, como órgano físico y sobre todo como recipiente invisible e intangible de las emociones, sufre ante el maltrato debido a los diferentes sentimientos tóxicos que depositamos en él. La somatización puede llegar hasta el punto de tener consecuencias cardiacas como puede ser la ansiedad, trastorno que como sabemos es psicológico pero que repercute en el cuerpo hasta tal punto que el corazón se acelera ante la situación de «creer» que está en una situación de peligro. Por el contrario, cuando lo mimamos con sentimientos creadores, lo sanamos de una manera bastante espectacular.entorpecen los esquemas mentales, las barreras y los miedos que llevamos como carga en nuestra mochila emocional. Todos hemos vivido rupturas emocionales tremendas, con un dolor físico justo debajo del esternón, en eso que llamamos corazón, digo bien, físico.
El horror del desamor (sentimiento que surge tras resistirnos a soltar), es una manera de vivir estancados en el recuerdo de lo que pudo ser y no fue, y eso no es malo, simplemente es insano. La negación del presente y la no aceptación de la situación de que la otra persona no te quiere más en su vida como compañero sentimental, es fijarnos excesivamente en un pasado idealizado. A partir de ese esquema, es posible que entremos en una vorágine temporal de decadencia y putrefacción.
El «buen amor«
Ya usaba ese término el Arcipreste de Hita en el siglo XIV con su libro «El libro del buen amor». No es tan demagógico, de hecho, es una definición preciosa que define lo que todos queremos en nuestra vida.
Cuando queremos a alguien a nuestro lado no debemos poner condiciones, ni pretender cambiar, ni intentar que cubran necesidades que no tenemos cubiertas. Las naranjas son enteras, que no nos engañen con el concepto de las medias naranjas, podemos ser diferentes frutas y hacer un zumo exquisito, pero nunca ser mitad de nada. En ese caso, sólo seríamos seres incompletos .
El buen amor, o el amor sano acepta sin esfuerzos y sin condiciones y es generoso con el otro. A veces, dejar partir y soltar es la mayor manifestación de amor incondicional que existe.
A colación del hecho de «dejar ir», se me ocurre una historia real que conocí hace unos meses, y es que Marina Abramovic, una artista serbia que ha dedicado gran parte de su vida al performance, compartió públicamente la despedida de su ser amado. Ella, se dedica a hacer espectáculos que se basan en explorar la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo, y las posibilidades de la mente. Durante un tiempo, Marina compartía inquietudes y espectáculos con su pareja de la época, Ulay. Éstos, vivieron un amor al límite, cargado de emociones de todo tipo y sobretodo compartiendo un mismo modo de vida.
Debido al gran desgaste emocional que tuvieron juntos, se dieron cuenta de que era insostenible y que comenzaba a ser peligroso para la salud de ambos, por lo que decidieron dejar soltar y separarse a pesar del amor que se profesaban. Decidieron tomar caminos separados de una manera terriblemente bonita y es que cada uno comenzó a caminar desde un extremo de la Muralla China y anduvieron hasta encontrarse, ese fue el camino hacia el «adiós«, se fundieron en un abrazo y cada uno prosiguió su vida. Una manera de representar la ruptura sana.
Frases y mitos del amor contaminado:
- «Quien bien te quiere te hará llorar» (¡Vaya hombre!)
- «El amor es sufrimiento» (¿en serio? un poco contradictorio…)
- «Quien la persigue, la consigue» (Ten cuidado que igual puedes ser un poco pesado/a)
- «Me gustan las historias difíciles» (Pues míratelo)
- «Si les das caña, siempre se enganchan» (¡Vaya!, no sabía que existía una droga que se llamaba «caña»)
- «Es que si mi novio no se pone celoso con otros tíos no me quiere» (igual no confía en ti o tiene carencias e inseguridades)
El «buen amor» por tanto es fácil, fluye sin demasiado esfuerzo, es cómodo pero sin rutina, no contempla los dramas ni tragedias, es sólo bienestar.
La pareja se desenvuelve en un ambiente de naturalidad, y las cosas resultan fáciles y gráciles. Además, en el buen amor, los miembros de la pareja son verdaderos compañeros que se sienten como tales, acompañados, ya que además de ser personas que comparten relaciones íntimas, son amigos.
Normalmente, en el amor sano, los dos miembros de la pareja, a pesar de ser diferentes, son personas que comparten sus peculiaridades individuales, gustos, intereses, y complicidades personales, y además, encuentran en la otra persona alguien a quien entienden y que les entiende. Los compañeros tienen confianza plena en el otro y la convicción de que el otro no nos va a dañar.
En definitiva, el deseo espontáneo que se tiene en pareja es que el otro esté bien, lo cual significa que el otro esté bien por encima de nuestros miedos o carencias. Se trata de encontrar nuestra felicidad personal con la plenitud del otro y en compañía.
«Nadie tiene el poder de hacernos infelices ni tampoco de hacernos felices, porque la felicidad es un estado interior que no depende más que del grado de armonía de cada uno con el latido de la vida».
(Joan Garriga)
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Gracias por la oportunidad! Un abrazo!!
Todo un honor para mi amiga, lo que has escrito es absolutamente BRILLANTE!
Un besazo!