Amor en días revueltos #SanValentin 2017
El AMOR es considerado, recíproco, dulce y compasivo.
Es el hilo que enlaza la vida de dos personas, es aquello por lo que conectan y comparten los caminos.
No es un destino, es un sendero por el que se camina.
Es sosegado, calmado y pasional a partes iguales, es todo aquello que te hace sentir que estás en casa, protegido, calmado. Es todo lo que te arropa y te abraza en los momentos que lo necesitas, y en los que no, también.
Por eso, el amor está en TODAS partes: en los amigos de verdad, en la familia, en la pasión que sientes cuando tu trabajo se convierte en una bonita huella que dejas en el mundo, en cualquier ínfimo momento que disfrutas con aquellos que: con tan solos verlos sonreír, tu mundo es más feliz.
Es como si el propio mundo, te sonriera.
Gracias por ser parte de mi mundo.
[Con motivo de esta ocasión especial, hemos realizado una sesión especial con mi querida @estefaniagorayeb ? ]
#FelizSanValentin ?
El amor no duele, no controla, no aprieta. Quiérete. Quiere bien. @elamoreschulo
Fotógrafo: @sergioramirezd
Producción: @anamarreroph @fotosenverso (Gracias equipo)
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Quédate con quien te haga suspirar, que respirar ya sabemos todos.
Comienzo con esta idea de mi amigo Eloy Cánovas, que da título a este post, (que ha servido de inspiración para escribirlo). Pocas personas influyen tanto en la vida de alguien como aquellas que remueven conciencias. Eloy lo consigue.
¿Por quién suspiramos? ¿Por qué suspiramos? ¿Por qué lo hacemos?
La mayoría de las ocasiones lo hacemos por personas las cuales no nos corresponden con ese suspiro, tan solo respiran, pero claro, esto es algo que ya saben hacer todos. Otros también suspiran por tener una mejor casa, un coche. Podríamos entrar en un debate sin fin.
Pero, ¿por qué nos empeñamos en suspirar por alguien que no merece nuestros suspiros? Tal vez debemos preguntarnos si somos felices, si ese suspiro puede convertirse en un remanso de paz o por el contrario es más un indicio de ansiedad.
Tal vez hay que pensar como Cánovas:
Tengo grandes planes para nosotros, pero si no quieres, entonces tengo grandes planes.
Me gusta tener a mi lado a gente con la que hablar a la cara, no a través de una pantalla, gente a la que escribir, primero, y luego preguntar ¿nos vemos? Recibir un si. Punto.
Comunicación on line, conexión en lo off line.
La vida está para vivirla, no para escribirla.
Resiste y te tendrás, a veces el camino empieza por el paso de cuidar(te), pero con todo los recursos que tengas, esto es:
- Date un abrazo cuando otros no quieran dártelo.
- Quiérete a pesar de que no te quieran.
- Valora tu esencia más allá de la presencia de los que no quieren estar.
- Mima a aquellos que están, de una forma inagotable, a tu lado.
- No compartas tu vida con aquellos que no saben cuidarla, que la destrozan, que destrozan todo a su paso. Si, esos que más que coser corazones rotos, los descosen poco a poco y sin que te des cuenta.
- Hazlo, de verdad, quédate contigo y con aquel que también quiera hacerlo CONTIGO y no por un momento, los fugaces no son valientes.
- Quédate cuando tengas que quedarte, cuando por lo que te quedas anhela el compartir(te) con su vida y no con sus “cosas”.
Suspirar, respirar, inhalar… Haz lo que quieras, pero hazlo con la persona correcta. Aquella que lo hace por ti, que es valiente, que está con todo, que apuesta entero, que está contigo.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Feliz Navidad, feliz todo, feliz tú. ?
Tal vez en Navidad es esa época en la que esperamos comprar “con regalos” el amor o la autoaceptación propia y de los demás. El cariño y la confianza no se compran desde el bolsillo; se obtienen desde el ser y el estar.
- Estar contigo coherentemente, donde lo que piensas y lo que haces están en sintonía.
- Ser y estar con los demás, pero de verdad, sin interferencias “móviles”.
- Estar en verdadera presencia, viviendo y sintiendo el tacto real de aquellos a los que quieres, sin que tengas que demostrar tu felicidad a los demás de manera constante. Cuando sientes de manera auténtica, no tienes la necesidad de demostrarlo. Vives.
- Ser y estar por y para los que verdaderamente están por y para ti. Aprender a desapegarnos de todos aquellos “vampiros” (como diría una amiga) que solo llegan de paso para dejarte vacío. Tú debes ser lo suficientemente fuerte y consciente para decidir alejarte de aquello que no te llena y solo te consume.
El brillo de este año en mis ojos me lo producen tantas cosas bonitas: todos aquellos momentos en los que me doy cuenta que estoy presente, que soy yo mismo con todos mis aciertos, también mis errores y fracasos, pero con una máxima: La verdad siempre gana.
Quizás, de las cosas que más me han llenado este año sea una la cual no pensé que me hiciera tanta falta.
Cuando me dijeron: TE CREO [palabras que sanan, sin duda alguna].
Ahora te lo digo a ti que estás al otro lado:
CREO en ti.
Feliz Navidad, feliz todo, feliz tú.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
*imagen: Ian Schneider
- Publicado en HistoriasQTP
Por lo visto
Por lo visto están los que sí, sabes que ellos son un sí, pero luego están los que no, pero que tampoco intentan hacer algo por ser un sí. Luego están los que quieren ser echados de menos, pero solo saben ser echados de más.
Por lo visto también están los que cumplen las promesas y luego están los que no lo hacen (o los que las cumplen a medias, que viene a ser lo mismo que no hacerlo). Están los que priorizan un yo sobre un tú, sin ni siquiera una tregua donde exista un nosotros.
Por lo visto, también sucede, que cuando alguien pasa una mala racha, o se encuentra enfermo, o simplemente no dispone de la misma energía vital (se desgasta, por lo visto, los seres humanos no somos pilas alcalinas), es cuando resulta que las ratas se esconden, los buitres aprenden a mandar whatsApps de bienquedas…
PERO que además también sucede que a los AMIGOS de verdad ves aparecer, y sí, por lo visto es así.
En definitiva hay gente que es muy top y luego hay «otra» gente. Están los que te difuminan sonrisas con solo una mirada y están los que te las quitan, están los que te suman horas al reloj, tantas, que no sabes si estás aún en el mismo día o en el siguiente y luego están otros que roban tanto de ti; que cuando te das cuenta, ves que se te está apagando la vida y que no la has vivido.
A esa gente que nos apagan el brillo, dales una buena patada en el culo.
Por lo visto no sabemos decir NO, venimos “aborregados” de serie, PERO yo te aseguro que podemos declarar una cruzada en contra de aquello que nos resta y ¡no pasa nada!, bueno si pasan: muchas cosas buenas.
Me declaro en desobediencia afectiva contra aquellos que me restan horas, valores y vida. Construyamos recursos que nos ayuden a defendernos de los delincuentes emocionales, de los abanderados de la mentira, de las sonrisas bienquedas y de todo aquello que nos hace perder el tiempo.
Tiempo, que es VIDA.
Y, de ésa, solo tenemos una. Me importa que sepas eso.
Por lo visto estás a tiempo: es posible aprovecharla.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
Imagen: Daniela Gil @danielagilphoto // Facebook
- Publicado en HistoriasQTP
Personas inmarcesibles
Sucede, mucho más de lo que me gustaría: nos negamos a diario, nos ponemos en un estado de “no poder”, que nos convierte en unos jodidos mediocres, viviendo a medias, marchitándonos. Dejamos que otros decidan por nosotros, dejamos que nuestro jardín se pudra, lo regamos con un agua contaminada. Esperamos a “otro” para organizar nuestras vidas, nuestros años, meses, incluso nuestros fines de semana…
Nos creemos basura y nos acostumbramos, total, nos sentimos porquería, como si eso fuera algo normal, como si eso fuera lo que nos toca y lo vemos como algo natural. Conformismo del malo y falta de miras.
Vivimos vidas encadenadas: a nuestros prejuicios; encerrados, tristes, grises. Creemos estar seguros de todo, pero esa misma seguridad nos aleja de la curiosidad, del despertar con una ilusión. Nos apaga, nos deja sin fuerzas.
Pero existen algunas “personas hogar” esas a las que así llamaba las compañeras de «Reparando Alas Rotas» en el blog del amigo Pablo Arribas (El Universo de lo Sencillo); o como a mí me gusta llamarlas “personas inmarcesibles” (inmarcesible = que no se deja marchitar; palabreja que descubrí hace unos meses y me hizo pensar en este post). Son personas que hay que tener a nuestro lado, acompañándonos en el camino: nos recomponen, porque ellas mismas también lo han hecho, cogen todos tus pedazos, esos que quedan cuanto te has roto en mil y los juntan de nuevo, te abrazan sin que tú se lo pidas y lo hacen de una manera tan fuerte que te unen de nuevo, recogen lo poquito de dignidad que te queda y te hacen creer de nuevo.
Recopilan mil motivos para hacerte ver que esa dignidad tuya es algo grande.
Son personas de mirada limpia, de sonrisa amplia, de aptitud predispuesta a escuchar, a hablar… Sienten con todo su ser lo que están haciendo.
Son «personas linterna», como en aquella canción «FlashLight» de Jessie J: nos iluminan con su luz.
Gente que lucha sin descanso, que no se amilana, que no se marchita, que rejuvenece por dentro cada mes como si fuera al mejor médico estético. Eso me lleva a la siguiente pregunta: ¿existirán los médicos del alma? ¿Son esas mismas personas sanadoras de almas?
Una amiga llama a sus mejores amigos: gurús del alma. Amigos que reconfortan de verdad.
Esas personas nos curan, no dejan que nos marchitemos: ellas mismas no se dejan marchitar, son inmarcesibles. Su perímetro de actuación va mucho más allá de su círculo cercano, irradia todo aquello que toca a su paso, lo rejuvenece, lo limpia, lo recupera. No te preguntan que tienes que hacer hoy, o cuántos recados te quedan por cumplir: te preguntan cómo te encuentras, como estás de verdad, qué le pasa a tu corazón, quieren saber verdaderamente de TI.
Esto es: ¡mírame a los ojos, suelta el móvil y dime qué coño te pasa; conecta conmigo y sabrás que no estás solo, que todo va a salir bien!
Estas personas son las que hablan bien de ti aunque tú no estés presente, eso las hace REALES, auténticas, sinceras, brillantes, bellas, fuertes.
Están hechas de otro material, juegan en 1ª división, han vivido de todo, se han enfrentado al rechazo, a la enfermedad, a la tragedia, a las injusticias… Y aún así, ahí las tienes, impasibles, inmensas, sabias, agradecidas y con una capacidad de perdón imbatible.
Dan vida porque ellas son vida, son luz, son legendarias.
Son gente BONITA por naturaleza, y no te hablo de un cuerpo o una cara: son bonitas de corazón, porque hablar un rato con ellas se convierte en una recarga de energía, te ponen las pilas, te reconfortan el alma, claramente: son personas batería.
Las personas imborrables están hechas de material inmarcesible.
Puedes reconocerlas, seguro que sabes de alguna de tu alrededor, ellas brillan con luz propia. Son personas que han sido partidas por la vida, están rotas… Pero han sabido reconstruir un mejor “yo” para poder tener un mejor “tú”, han sacado fuerzas de la flaqueza, son jabatos con ojos chispeantes, que te contagian de una desbordante fuerza. Una fuerza que ellos mismos han sacado cuando ser fuerte es la única jodida opción que les quedaba.
Al final, tú también te vuelves mejor persona cuando estás a su lado.
No solo nos merecemos lo mejor, SOMOS lo mejor.
No importa las puñeteras veces que te has marchitado, que te has dejado marchitar.
Reconoce la magia que habita en ti:
Conviértete tú también en alguien INMARCESIBLE.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Mirar hacia otro lado
Me gusta la gente que no se arrepiente, que si promete cumple, la gente a la que le gusta dar y sabe recibir, la gente que no te regala sus palabras solo por compromiso, la gente sincera que va de frente hasta el final, que no esconde la cabeza… O simplemente que mira hacia otro lado.
La mirada es el espejo del alma, mira a los ojos y comparte tu alma, escucha, no oigas y sobre todo siente: por ti y por los demás.
Pero abunda la postura más fácil, la de decir: no me gusta lo que veo, no me gusta donde me he metido, no me gusta enfrentarme a nadie…. Pues miro hacia otro lado y ya se pasará. Por no mirar no significa que no pase nada, la vida sigue y tú te lo has perdido.
A veces es normal parpadear, la mirada se cansa, sobre todo cuando no te devuelven la mirada, una sonrisa, una emoción… En ese momento que parpadeas te das cuenta y piensas…
¿Y si cuando los vuelva abrir…?
¿Y si no los abro…?
¿Y si miro hacia otro lado…?
Pero mientras piensas (el tiempo pasa) ya estás mirando hacia otro lado. Mira de frente, decide, actúa, haz y sobre todo no hagas daño a los demás.
«Cuando miras hacia otro lado, lo único que haces es esquivar un problema y acumular otro».
Yo me he propuesto mirar de frente, no intentar y hacer, seguir de frente con la cabeza bien alta y la mirada tranquila, porque se que me cruzaré con miradas sinceras, divertidas, atrevidas, creativas, luchadoras… Y esas son las que recordaré y las que no… las etiqueto y las guardo en el cajón del olvido, porque sé que algún día se volverán a cruzar en mi camino y yo tendré tanta experiencia en miradas…
¡Que ya no me afectarán!
Antes de mirar hacia otro lado te propongo:
1. Sonreír
2. Llorar
3. Levantar la ceja
4. Picar (sólo) un ojo
5. Dormir un poco y descansar la vista
6. Quitarte las legañas
7. Ponerte una gafas de sol para no deslumbrarte
8. Ponerte las gafas de vista para confirmar lo que estás viendo
Pero por favor no dejes de mirar…
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
No veas como una prioridad a quién te ve como una opción
Alguna vez (todos casi sin excepción) nos hemos convertido en aeropuertos: nos ponemos en marcha según una persona entre o salga de nuestras vidas.
¿Puede existir algo más doloroso? Priorizando la vida de otro antes que la tuya. Inconcebible.
Ante esas situaciones, nuestro cuerpo nos avisa: se nos cierra el estómago, no podemos comer, vivimos con una angustia constante en el pecho. Hasta respirar se nos hace un mundo, como si con cada bocanada de aire tragáramos espejos rotos (aquellos que reflejan nuestra realidad pero no queremos ver y nos van quebrando por dentro, nos despedazan).
Existen personas que no dan más de sí, es como pedir a un ladrillo que saque aceite, no se puede, ¡no se puede! No sabe valorarte, es inviable que lo haga.
Tan sencillo como eso y por más que hagas para que lo vea, en su escala de valores y prioridades no estás tú. Tú no eres su “persona café”, no le quitas el sueño: no le importas.
¿Por qué coño sigues insistiendo? Claro, porque con las idas y venidas, crees que realmente hay un interés. MENTIRA.
Se acuerda de ti cada cierto tiempo, cuando no quedan otras opciones (que realmente son las prioritarias) o cuando algo que tú tienes y pueda sacar de ti se convierte en la nueva prioridad. (En cualquiera de los casos, darte cuenta que eres esa segunda opción, constituye en tu mundo el más doloroso de los momentos). La duda sobre tu propia valía se quebranta: te traga la tierra, dudas de todas tus amistades, de tu gente cercana e incluso llegas hasta dudar de ti mismo. Eres las Z de todas las agendas de teléfono.
Ser una opción es una forma de desprecio.
No esperes que alguien con ceguera emocional te vea, no busques su autorización para vivir tu vida. No te quiere, solo te utiliza. No tiene nada que replantearse, tú tienes que cambiar de prioridad, te lo debes. No se puede pedir a quien solo sabe recibir.
No seas un inútil para ser aceptado por inútiles. No te rebajes, no te humilles, deja de arrastrarte como forma de vida a un lado. Seas quien seas, ¡brilla! Como una maldita bombilla de 100 watios. Deshazte de tanta mediocridad.
Cuando perdonamos a quien nos hace daño tratándonos como una opción (bajo su interés oportunista) le estamos diciendo sin palabras “puedes seguir haciéndome daño”.
La culpa no es del otro, es tuya por permitirlo.
Deja de poner puntos suspensivos, pon punto FINAL.
Y llegado ese momento de hastío, de aburrimiento, de hartazgo, de falta de lealtad emocional: es un cansancio que agota emocionalmente sin lugar a dudas.
Por ello debes vivir con la gente que sepa valorarte, que te da el lugar que mereces, que te pone en el centro, que te da espacio en sus vidas y no migajas de mala calidad: tú no debes tener tiempo para quien no te tome en serio, no puedes vivir dudando de ti y de lo que haces constantemente, debes seguir construyendo (lo que ya eres) con la gente que suma y no con la resta. Es impensable tratar con “personas excusa”, las cuales son aquellas que siempre tienen un drama en sus vidas por el que justifican su despectivo trato hacia ti.
Tú debes ser AHORA tu propia prioridad.
No encuentro el autor original de este texto, el cual me parece magistral para finalizar esta reflexión que he querido compartir contigo en forma de post:
«Aprendí que quien no te busca no te extraña y quien no te extraña, no te quiere. Que la vida decide quién entra en tu vida, pero tú decides quien se queda. Que la verdad duele una sola vez y la mentira duele para siempre. Por eso valora a quien te valora, y no trates como prioridad a quien te trata como una opción. Aprendí que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos y que desconocidos pueden volverse mejores amigos. Que nunca terminamos de conocer a una persona, que el «nunca más» nunca se cumple y que el «para siempre» siempre termina.»
Expulsar al delincuente emocional de tu vida: Esa es tu prioridad ahora.
Fotografía: @aaronleon_ph
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Amistad volátil
¿Cada cuánto piensas en por qué tus amigos entraron en tu vida?
¿Fue aleatorio, intencionado?
¿O puede que un poco de ambas cosas?
¿Por qué crees que la amistad es tan volátil?
Sin importar la razón, sin saber cómo, simplemente sabes que algunos amigos van a estar a tu lado por un tiempo, de otros, no estás tan seguro.
Y luego está ese amigo que esperas que sea el incondicional, con el que crees compartir tus experiencias, tu camino, por el que apuestas todo a caballo ganador… Pero resulta que no lo es, no es el ganador de la carrera.
Si eres de los que le gusta investigar, pensar, darle vueltas al coco, a las emociones y sus misterios, tal vez sea justamente un misterio tipo “Iker Jiménez” que no se puede resolver: qué extraños motivos son los que suceden para que algunas personas entren en nuestras vidas; algunas se vayan y otras se conviertan en parte de ti.
La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea. – Alberto Moravia
Algunas amistades parece que durarán para siempre y otras… Otras terminan demasiado pronto. No todas las amistades están destinadas a durar toda la vida, pero lo que si dura para siempre es el dolor cuando esa persona se ha ido, llevándose un pedazo de nosotros con ellos.
Nunca he creído, al igual que en el amor, en esas relaciones explosivas, fulgurantes, de un día para otro, tipo “te conozco hoy y mañana desayuno, almuerzo, me voy de compras, de marcha, te cuento mi vida y cena contigo”.
No me lo creo.
Las raleras dan cagaleras. – Mi abuela
Lo bueno siempre se ha cuece a fuego lento, de toda la vida. Lo que nace de hoy para mañana, muere también en la misma medida.
La buena amistad se cuida, se mima, se busca en el tiempo, se riega adecuadamente para hacerla crecer, se va construyendo a bases de detalles sólidos nacidos del compromiso evitando la toxicidad de las excusas, vive de la naturalidad, del entendimiento recíproco que se produce cuando conectas con alguien, de la necesidad de cuidar y de que te cuiden, de los momentos compartidos (muchos o pocos) pero con peso suficiente para solidificar unos cimientos que perduren toda una vida.
Tal vez la pregunta que debemos hacernos no es:
¿Por qué entran o salen de nuestras vidas?
Sino más bien:
¿Para qué?
Y sin duda alguna te puedo decir: todas vienen para ENSEÑARNOS.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Una sociedad herida
¿Has reflexionado últimamente sobre lo que sucede a tu alrededor? En lo que sucede en el mundo, en lo que nos rodea, en lo que uno mismo vive. Creo que estamos en una sociedad herida.
Compañeros, amigos, familiares e incluso hasta uno mismo, nos hemos convertido en gente intoxicada, no sabemos querer, no respetamos, no escuchamos, no nos escuchamos, convertimos todo nuestro alrededor en objetos de nuestro interés, tienen que estar disponibles cuando queramos y en nuestras condiciones, ¿qué coño nos está pasando? ¿Eso es amistad? ¿Eso es la empatía del ser humano?
No nos prestamos atención real.
Invertimos mucho, muchísimo tiempo en proyectar una imagen positiva, que no digo que no sea bueno compartir lo positivo que tenga uno que aportar al mundo. A lo que me refiero a inventar y proyectar un personaje de Pixar o Disney que no eres.
No hay coherencia, no hay equilibrio emocional, vamos como pollos sin cabeza. Satisfaciendo nuestro ego, pero no nuestro lado humano. Se ha expandido como la pólvora una máxima: Si no triunfamos, no somos nadie.
¡Qué precio tan alto estamos pagando!
Malvivimos confundidos, perturbados, inseguros, desconfiados y por ende, hacemos lo mismo con todo aquel que se nos acerca. Descargamos nuestras frustraciones en ellos, como si de cualquier vulgar retrete se tratara. Triste.
Necesitamos ser dependientes y ya ni siquiera por amor, sino por egoísmo.
«Toda ciencia viene del dolor. El dolor busca siempre la causa de las cosas, mientras que el bienestar se inclina a estar quieto y a no volver la mirada atrás.»
Stefan Zweig
Y como consecuencia (o incluso como causa): la acumulación de pequeñas frustraciones, las cuales no hemos sabido, ni nadie nos ha enseñado a gestionarlas de manera correcta. Escondemos las emociones, de hecho, no enseñan a hacerlo: “niño, no llores, eso es de niñas”, “niña, compórtate, que eres una señorita”. Y así sucesivamente te podría dar un recital de todo lo que recuerdo de peque.
Ahora con las redes sociales y el mundo digitalizado en el que vivimos, todo esto se ha MULTIPLICADO por mil, basamos nuestra autoestima y nuestro ego en tapar miedos, carencias y debilidades con reconocimiento externo, con «yo soy más que tú», con mejores coches, mejores trabajos, mejores vacaciones y viajes, mejores “fotones”, mejores marcas deportivas, mejores patrocionios… ¿Te suena de algo? Buscamos la admiración de los demás porque queremos que nos respeten.
Cuando, en realidad, ni de coña nos respetamos nosotros mismos.
Creo que ya es hora de dejar los prejuicios y CONOCERNOS, tomar un café con nosotros mismos, reconocer esa parte tóxica, herida y problemática que todos tenemos y aceptarla. Dejar de cargar a los demás, sobre todo a aquellos que nos quieren y nos hacen bien, con nuestras frustraciones.
Imbécil, también puede volverse uno mismo, porque tú y yo somos parte de esta sociedad herida, rota, quebrada, por la incapacidad de no saber nadar a contracorriente y dejarse llevar por esa marea que nos revuelca y envenena, por no ver que a veces los demás no nos hacen daños más allá del poder que nosotros le demos, que no somos víctimas ni verdugos de un plan cósmico, que somos corresponsables de lo que nos sucede.
No es lo que pasa a nuestro alrededor, lo que nos hacen, es lo que decidimos sentir con lo que nos dan.
Hace tiempo me encontré con este texto que a mí me maravilló:
Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
¡Cuán importante resulta el enmendar!
Cuánto, también, el entender que los vínculos lastimados y nuestro corazon maltrecho, pueden repararse con los hilos dorados del amor, y volverse más fuertes.
La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud…
La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia —la capacidad de recuperarse— son dignas de llevarse en alto
Nos deberíamos preocupar en destacar y hacer bello aquellas zonas frágiles de nosotros y no intentar destacar por encima de todo y de todos; (aunque digas que lo haces por autosuperarte, sabes que mientes).
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Responsabilidad
Responsabilidad: esa gran palabra que a veces utilizamos y nos llenamos la boca, pero que muy pocas veces utilizamos; tanto en nosotros mismos como con los demás. La mayor parte de las ocasiones culpamos a otros o a las circunstancias de lo que nos sucede. Con esto en realidad nos estamos negando la oportunidad de tener poder sobre nuestra vida. Concedemos ese poder sobre nosotros a otros, a las circunstancias, a la vida, a un «ente extraño» que maneja los hilos de nuestra vida.
No digo que no existan situaciones fuera de nuestro control, causas de fuerza mayor, desgracias y situaciones lamentables en las que no podemos hacer nada, pero realmente, la gran mayoría de las situaciones que vivimos son causa y resultado de una acción nuestra, sin lugar a dudas. Amistades que se rompen, personas que se alejan, trabajos que no funcionan, proyectos que no cuajan, parejas que se separan… ¿Has pensado en la parte de responsabilidad que tú has tenido en ello?
Deja de echar balones fuera, el partido lo juegas tu, y si quieres es tuyo, coño.
Al final el coste de vivir no es más que eso, el precio a pagar es calzarte las zapatillas y comenzar a correr, ser un runner de asfalto, de montaña o de lo que te echen por delante, es cambiar el enfoque de lo que te sucede, no dejar que mágicamente «el universo» te traiga o te lleve, te quite o te ponga las cosas, te ilumine o te oscurezca, se trata de echarle «cojones» a todo lo que te pase, de que te conviertas en un jodido héroe y no víctima, verdugo o villano, de la propia vida y de ti mismo.
No hay más misterios.
Esto es… en definitiva: más responsabilidad y menos victimismos.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
NO te des por vencido
No te des por vencido: A veces jugamos la partida a medias, no utilizamos todas nuestras cartas, por miedos, por frustraciones. Otras veces abandonamos la partida, porque no creemos en nosotros mismos o porque nos fijamos demasiado en las opiniones externas, de un entorno que no es el adecuado, el cual no nos deja desarrollar nuestro potencial.
Otras veces, creer en uno pasa por aceptarse con sus carencias y a pesar de éstas, seguir adelante. Un error es una oportunidad de cambio. Confío en que podemos ser una mejor versión, todos nosotros, no me cabe la menor duda.
No podemos vivir conformándonos diciendo «es que yo soy así». La arrogancia es cobardía camuflada. Hay que dejar de ser cobardes para hacer las cosas de frente, por ti, por los demás.
Hay que dejar de tener miedo al dolor, miedo al miedo, a fracasar (los fracasos en cierta medida son en realidad son nuestros grandes maestros), al rechazo, a que te vuelvan a herir, a que te decepcionen estrepitosamente, a volver a confiar. NO se puede dejar de ser uno mismo, a pesar de todo lo que suceda. Enfrentarse a todo lo que se ponga por delante, con dos narices, sólo se puede aprender lo fuerte que uno es, cuando ser fuerte es la única opción que tienes.
Lo importante es no rendirse nunca, agradecer lo aprendido, dar un giro a los que nos sucede, empezar de nuevo y repetirlo todas las jodidas veces que hagan falta.
Te dejas vencer cuando no crees en ti mismo y eso, eso es el verdadero fracaso: no creer en uno mismo.
Si actuamos o pensamos teniendo en cuenta el miedo, nos acercamos más a esas sombras que nos asustan. Es decir, le damos poder a todo aquello de lo que hablamos, en lo que nos enfocamos, lo hacemos más grande (sea lo que sea, en este caso el miedo, pero podría ser la confianza).
Por lo tanto, si tenemos en cuenta nuestros temores, los hacemos más grandes. ¿Por qué no probamos a tener más en cuenta nuestra fuerza y no darnos por vencidos?
No dejes que te arrebaten tu luz, porque tú estás aquí para brillar.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
No salgas con un cobarde
No, no salgas con esas personas, te destruyen, te desgastan, acaban con todo lo que habita en ti… Puedes terminar desolado.
Esas personas que nos funden la energía, que una semana nos suben a un pedestal, luego nos destruyen para luego intentar resucitarnos y acabar haciéndonos añicos de nuevo. Escribo este post parafraseando el título del amigo Pablo Arribas y su grandioso post «Sal con un Valiente», no hagas lo contrario: no salgas con un cobarde.
Nos vampirizan, a los que idealizamos e idolatramos tanto que nos volvemos compulsivos idiotizados hasta que nos destruyen. Personas veneno que no llevan incorporado un antídoto. Cuando juegas con un cobarde, no hay tiempo de descuento, es un partido que tienes destinado a perder.
Nos intoxican, nos enganchan como cosa mala, nos anulan, nos chiflan de la cabeza tanto que perdemos el control, perdemos el poder que tenemos sobre nosotros, sobre nuestra vida. Recientemente un buen amigo me contaba “las personas debemos recuperar nuestro PODER, la fuerza que nos hace elegir, tomar el mando. Desde ahí todas nuestras decisiones será a favor nuestro”. Eso es: vaciar las mochilas cargadas de pedruscos que no nos dejan fluir, ser, crecer, expandirnos, volar.
Aquellas personas con las que pensamos que nunca tropezaremos, vas y te caes de bruces. Menuda experiencia quizás, pero qué alto es el precio emocional a pagar. A todas luces no sale rentable. Pon en un balanza la historia y me cuentas el desgaste, las guerras que tendrás que lidiar, los reproches, el miedo de vivir con la desconfianza. Vivir y caminar con los ojos vendados y no tener a nadie que te sujete del hombro para caminar. Triste.
La vida es demasiado corta como para estar en guerra con uno mismo.
Seres rencorosos, arrogantes, déspotas, ególatras que viven mirándose en el espejo de su vanidad. Enmascarados que no son héroes, sino villanos que vienen a capturar tu autoestima, tu energía, tu solidez, tu estabilidad emocional, tus sueños, tu magia.
TÚ mereces a una persona que te quiera con todo y con nada, con tu cara lavada o incluso sin lavar y el pelo hecho un cuadro. Alguien que te encienda y no deje que te apagues, que te haga sentir seguro, que puedas caminar confiado y sin miedos. Alguien que vive, baila, corre, salta, sueña, respira… Junto a ti. Alguien que se ría a carcajada limpia con tus cosas, con tus pedradas, con tus ocurrencias. Alguien que se lance en paracaídas contigo con los ojos cerrados porque cree en ti. Alguien que sea auténtico, de verdad, transparente, sin doble moral, ni doble vara de medir. Alguien libre y que a la vez ame tu libertad, que te apoye cuando no tengas fuerzas para seguir adelante, que esté ahí esperándote cuando nadie más lo está. Alguien a quien admires y que te admire. Alguien que te mire a los ojos y te hable, sin siquiera abrir la boca. Lo peor que te puede pasar es vivir rodeado de gente, y sentirte solo. Mereces alguien que te remueva la ilusión de estar vivo. Mereces alguien que no sea un cobarde.
Aún así, solo nos queda algo que un cobarde nunca se podrá llevar, nuestra dignidad.
Discurso* para un cobarde:
Disculpa, ¿eres un cobarde y no sabes querer?
No te preocupes, que ya lo hago yo. Me voy por la puerta, cierro del todo, y por favor no me mandes un whatsApp, no seas tan mediocre, ya no hace falta que hablemos. Y mucho menos se te ocurra buscarme, ni me insistas, ni tampoco intentes desestabilizarme porque tu sentimiento de culpabilidad (que no tu amor hacia mí) te haga sentir triste.
Tú has querido que tome este camino, pero yo he decidido elegirlo.
No me interrumpas, ni intentes decirme que estoy loco, ni echarme encima tus inseguridades y miedos, son tuyos, no míos. No puedo estar pendiente de ti ahora, porque ahora tengo que estar pendiente de mí.
No soy indiferente hacia ti por joderte, lo hago por quererme. No quiero hacerte daño con mis palabras, ni con mis gestos para que tal vez te acerques, lo estoy haciendo para acercarme más a mí mismo. No me gustan los cobardes.
No, cariño, no. Mi vida sin ti es por mí, no por ti.
(Texto customizado de su autor original: Carlos Burgos).
Nadie puede entregar amor, amistad, nobleza y cariño si carece de todo eso hacia sí mismo.
Es necesario saber decir adiós a esa persona desde el corazón, aunque tengas que verla a diario, te compensa, te beneficia, te reubica. Terminas la guerra, ganas la batalla.
En la vida hay ciertas cosas que duelen mucho, que a uno lo rompen en mil pedazos, en esos momentos te quedas devastado, sin energía, perdido. Salir con un cobarde es el detonante de esos momentos.
Quizás eso que nos pasa nos sucede para descubrir quienes somos realmente, encontrarnos, o tal vez para darnos un bofetón y salir del letargo en el que estamos y darnos cuenta de la persona que tenemos delante. Pero que te hayas topado con un cobarde no sea la excusa para volver a hacer de tu vida algo grande.
Quédate con los que piensan que lo que se hace con el corazón, llega al corazón.
Hazme caso, no salgas con un cobarde.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Cenizas
Cenizas.
Están las que quedan tras destruir todo a su paso: un incendio como le pasó la vivienda de un familiar hace unos meses, casas que quedan destrozadas y hay que reconstruir (con lo que quede o lo que falte), o por ejemplo bosques gigantescos de los cuales ya no queda ni una retama, en los cuales se deben plantar nuevos árboles y además protegerlos para que no vuelva a pasar.
Pero luego están las cenizas que quedan y que curan, las que sanan, las que purifican, las existen porque tienen que terminar con todo lo malo, para que puedas comenzar de nuevo. Aquellas cenizas sobre las que nos reconstruimos, más fuertes, más duros, más grandes, mejores.
Confío y sé que todos siempre tenemos la oportunidad de volver a empezar. Las veces que haga falta.
«Disfrutar del tiempo que nos toque vivir, del aquí y el ahora. No malgastarlo y hacer con él, algo valioso.»
Cuando las personas se sienten bien tratadas, responden del mismo modo; por el contrario, un comportamiento inadecuado suele desencadenar de forma directa o indirecta en un efecto negativo. Cuelga en la percha del olvido emociones como el rencor, la rabia o la envidia, hacen más daño al que las lleva encima, que al que van dirigidas. En cambio, perdonar sana y te libera de mochilas que no son tuyas, son suyas.
«No consentir jamás que te hagan sentir que no eres válido. Nadie puede hacerte sentir inferior sin tú consentimiento. Reclama lo que vales.»
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
No te dejes quitar la corona por un sapo, princesa
Todos alguna vez en nuestras vidas sentimos ese golpe en el corazón, ese trompazo con la pared, esa jodida patada en la barriga. Algo de nosotros se rompe cuando alguien al que queremos con todo nuestro ser nos hace daño, nos traiciona (da igual la forma emocional en la que lo hagamos, querer es querer).
A veces nos empeñamos en cosas que no pueden ser, forzamos, gastamos (nos desgastamos), utilizamos nuestro último cartucho en cosas que ya sabemos de antemano que NO pueden ser, y da igual absolutamente de quién es la culpa, si tuya, de él o de ella. Lo que no fluye, no va a ninguna parte, lo que no puede ser, no tiene razón de seguir.
Cuando algo está quebrado, por mucho que lo pegues, se notan las grietas.
¿Qué más dará quién es el culpable? ¿Qué coño importa? ¿Acaso lo vas a llevar a juicio y culparlo por no quererte?
Sentencia de desprecio, cariño.
La jodida sentencia se la pone uno mismo por pretender que los demás nos aporten la felicidad que merecemos (a toda costa), pretender que somos lo mejor que pueden tener (qué injusto que alguien piense eso de mi).
¿Por qué voy a pensar así yo de alguien?
Señales: esas que nos indican lo que va bien o lo que no va tan bien, una desconexión, algo que nos dice que no nos quieren (o que hemos dejado de querer), ese sexto sentido al cual metemos siempre en el cajón del olvido, pero que SABE absolutamente lo que nos pasa. Vivimos en un bucle de ir y venir hacia personas, momentos, situaciones o cosas donde creemos que tenemos todas las posibilidades del mundo, pero éstas sólo están en nuestra cabeza. Historias basadas en hechos reales, pero sólo en nuestra cabeza.
A ti querida amiga, a ti te ha pasado (como a mí y a muchos nos sucedido, bastantes veces), sabías perfectamente lo que sucedía, las consecuencias, lo que estaba mal, ese algo que te hablaba. “Esta vez será diferente”, y no, no lo es. Ignoraste las señales, las tuyas propias. El raciocinio se quedó en la cocina. ¿Por qué tratas como prioridad a quién te trata como opción? ¿Por qué funcionas como un aeropuerto? ¿Tu vida depende de quién salga o entre de ella?
“Vamos a tomarnos un tiempo” = MENTIRA. No creo en los tiempos, es una gran patraña, o amas o no amas, o quieres o no quieres, quién duda que ama, es que NO LO HACE. Y punto.
¿Cómo coño voy a dudar yo si quiero a alguien? ¿Estoy tonto?
Los “vamos a darnos un tiempo” significa “voy a hacer mi vida sin ti, cariño, pero no quiero que te vayas, no vaya a ser que lo que yo voy a estar haciendo por ahí (sin ti claro) no me guste del todo y entonces quiera volver a tu lado y tú me estés esperando dulcemente”. Y un cojón.
No princesa, ¡NO! No te dejes quitar tu corona por un vulgar SAPO, tú eres una princesa que será reina y mereces un príncipe que luego será REY, el gran REY de tú vida, de vuestra vida juntos.
Al final todos queremos que nos quieran, pero no a cualquier precio, joder. ¿Cuál es esa palabra?
Dignidad. Esa es la palabra.
A veces es preferible desear lo mejor, dejar marchar, o irse uno, porque… ¡Eso nos hace libres! Libertad para decidir sobre nuestras vidas, tú vida. No llenes los huecos de tu corazón con cualquier cosa, conformándote con lo primero que te viene o con lo último que llegó, porque es tu “amor de juventud”, porque te estás perdiendo una vida maravillosa, llena de luz y vida. No te empeñes en alguien que no te sabe apreciar, adiós, cierra la puerta, cierra el capítulo, cambia de libro, gracias por venir y por lo que construiste, ¡pero vete ya!
Es triste que alguien al que le hemos dado toda nuestra confianza, la use como arma para destruirnos. Pero más triste es ver que no lo consigue. Es hipocresía a la décima potencia comprobar que no había ningún interés real y sano en la relación, o que lo hubo y cambió, o que tú pensaste (te autoengañaste) que había. Ahora, ya no es.
Nadie que te quiera, deja que lo pases mal ni un solo minuto.
Y te preguntas: ¿Cómo alguien puede perder su esencia? Destruirse, inventarse personajes, volverse gris para ser un SAPO más, ¡pero no eres una heroína para tener que rescatar a nadie! Cada palo que aguante su vela y sus decisiones. Alguien dijo una vez, el único príncipe o princesa al que tienes que querer lo tienes frente al espejo… Y qué razón llevaba. A veces Disney se pasó de rosca con sus historias…
Pero creo que la vida todo lo devuelve, ese famoso karma que todo lo pone y coloca en su sitio y cuando actúas desde el corazón, no hay orgullos, ni soberbias, ni arrogancias que valgan, sólo sientes. No hay rencor. Entonces todo lo que hiciste, bien hecho está, lo hiciste de verdad. Porque lo que se hizo con el alma es indestructible.
Es lógico que no puedas controlar cómo te sientes, pero si puedes controlar como dejamos que los demás nos traten. Pero hay que decir ¡ya basta, fuera!
LÍMITES ante lo que no es justo, ante lo mediocre, lo insulso, ante el maltrato, la arrogancia, el orgullo, la hipocresía. Decir se acabó y un “te comes con papas y ensalada la soberbia, porque yo decido dejar de atragantarme con ella” – (frase a repetir las veces que sean necesarias).
El amor es aquello que puedes dejar en las personas, algo que queda mucho después de que no estés físicamente y te hayas marchado. Haya salido mal o bien, es algo más tuyo que suyo. Es ser consciente de preocuparte por la persona que te importa y saber que además de ti, hubo otro. Si tú sentiste eso, tu corazón se podrá reconstruir, una y mil veces.
Porque fuiste real.
No beses a más sapos, ni dejes que te quiten tu corona.
Princesa.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Me cambio de gafas
Tenemos que empezar a mirar a los demás, así como a uno mismo con otras gafas, con otros ojos, otra mirada, entender mejor los fallos propios y los ajenos. Empatía, si señor, a raudales, empatía por encima de nuestras posibilidades, (incluso la empatía con uno mismo). Nos moldeamos, nos adaptamos, nos entendemos.
Cambiando la forma de ver las cosas, lo cambiamos todo.
Creo fundamental para conectarnos, intentar sentir por los demás, ponerse en sus zapatos, comprender que los demás no son perfectos… Así como uno tampoco lo es.
Erramos, mucho.
– Y seguimos caminando. Pero a veces, no lo hacemos y dejamos:
Dejamos de creer en nosotros mismos pensando que no valemos la pena, que nada vale la pena. Yo creo que todos somos VÁLIDOS, no necesitamos que nadie nos venga a decir si somos aptos o no, lo somos porque sí, siempre hay algo que podemos aportar a los demás. Y siempre los demás van a aportarnos algo a nosotros.
Dejamos de querernos con el paso del tiempo, no nos sentimos bien con lo que hacemos, ni con quién estamos, ni con nosotros mismos. ¿Cómo va a salir algo adelante si uno no está bien consigo mismo? Todo lo que intentas, no sale.
– Más bien debemos dejar:
Dejar de magnificar lo malo y darle el verdadero valor que merece a todo lo bueno que tienes, a todo lo bueno que tienen los demás, lo que nos aportan, los que son de verdad, a los que nos quieren, aunque nuestras viejas gafas estén empañadas y no lo veamos.
Dejar a un lado el ruido, escuchar más a los demás, desde la neutralidad y no desde nuestro jodido ego que nos engaña, escucharnos más a nosotros mismos e irnos a un rincón, en silencio, y hacerle la pregunta a quién sabe la verdad:
tu corazón.
Dejar de desperdiciar momentos, minutos, horas, ¡una vida! En malentendidos, en tiempos muertos, en falta de comunicación, en temas en el limbo que no llevan a ninguna parte. La vida no espera, o te subes o te bajas.
Dejar la soberbia a un lado, mirar las cosas de frente y con humildad. Convertirlo en lecciones aprendidas y entendimientos.
Me cambio de gafas, las veces que haga falta.
«No perder nunca la sonrisa y las ganas de luchar, aunque estés librando mil guerras por dentro, aunque a veces te quedes sin fuerzas, aunque no puedas arreglar el mundo entero… Puedes arreglar tu parcela.»
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
Seguir corriendo
No importa lo lento que seas hoy, o si lo fuiste en las clases de gimnasia del cole o del instituto, o por el contrario que a día de hoy seas la mujer o el hombre más rápido del mundo.
Todo el mundo corre a diario, cada día, a todas horas, por todo el planeta. Unos los hacen por deporte, otros por afición, otros a nivel profesional y otros por distracción.
Estar vivo significa correr, tal vez estemos huyendo de algo, yendo en dirección en búsqueda de algo… O de alguien. Y no importa lo tremendamente rápido que seas. Hay ciertas cosas que no puedes dejar atrás, porque algunas de ellas, terminan alcanzándote.
Siempre.
Creemos que ser rápidos nos hace la vida más fácil, porque logramos esquivar lo que no queremos, lo que no nos interesa, lo que nos hace daño, lo que queremos ocultar…
Creemos que tenemos fuerza sobrenatural, que podemos con todo… En cierto modo es así. Pero no son las marcas, los trofeos, las medallas o lo premios, no son tampoco las “grandes gestas” las que nos hacen buenos o malos, es lo que hacemos diariamente lo que nos define.
Creemos que podemos dejar atrás casi cualquier cosa, pero resulta que hay algo que no podemos dejar atrás: el dolor. El dolor viene con nosotros, por mucho que corramos, anclado a nuestro corazón, navegando por nuestra mente.
(Vale, visto así, la vida parece a veces un poco putada.)
Pero creo que la vida también es apasionadamente bonita, bella, dulce, preciosa y absolutamente extraordinaria.
Porque ese jodido dolor que sientes también puede ser tu motor:
Ese dolor por una lesión que te impidió seguir adelante, puede convertirse en tu motivo para terminar algo que no pudo ser.
Ese dolor por la traición de alguien a quién quisiste mucho, puede transformarse en la fuerza para creer más en uno mismo.
Ese dolor al perder a un ser querido, puede convertirse en fuerza para homenajearlo.
Ese dolor al saber que te has equivocado, que has metido la pata, que te sientes frustrado y no sabes cómo solucionarlo, puede transformar el orgullo en paz.
Ese dolor al encontrarte perdido, tras un tiempo sin trabajo, sin saber qué hacer con tu vida, o al estar en un lugar donde no perteneces, en un trabajo del que estás hasta las narices, o de un entorno que no te favorece…
No hay luz sin oscuridad.
TODO ese dolor puede convertirse en tu motor para seguir corriendo, para seguir luchando, para reconvertir todo eso en energía productiva: que sane, que cure, que construya nuevos lazos, nuevos aprendizajes… Que te reconcilie contigo mismo y con los demás.
Así que la única forma que tenemos de honrarnos a nosotros mismos, a los demás, de dejar nuestro mejor legado, nuestra intención de mejorar, de ser mejores padres, mejores madres, mejores amigos, amigas, de ser mejores en todo los que nos proponemos, de ser nuestra mejor versión, mejores personas. Lo mejor que podemos hacer es:
seguir corriendo.

Encuentra tu motivo para «seguir corriendo»
PD. Mi más sincera felicitación a todos esos participantes de este pasado fin de semana en la TransGranCanaria 2015, en las diferentes modalidades, a los que continuaron, a los que se tuvieron que quedar atrás, a los que la especial climatología (calima) les jugó una mala pasada. ¡A TODOS!
Pues sólo el hecho de haber tenido la actitud de participar, ¡merecen toda mi admiración! A mis amigos, a los que pude ver, a los que no pude porque participaban en diferentes modalidades, a desconocidos que se pararon a hablar conmigo tirados en la escalera del edificio Expomeloneras y contarme su experiencia…
Vuestra forma de ser, vuestra forma de correr, es lo que mueve el mundo.
Alguien dijo que somos nuestros sueños, que si no soñamos estamos muertos. – Kilian Jornet
Summits of My Life – Origins Trailer from Summits of My Life on Vimeo.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
No te cambio por nada
No, no te quiero, debo cambiarte.
No te quiero con tantas imperfecciones, en un mundo de perfectos, tú sobras.
Te digo que no, esa nariz que tienes puntiaguda, las arrugas que te van asomando por la comisura de los labios, eso te pasa por tanto reírte, ¡TE LO dije! No debes sonreír ni tampoco ser feliz, la felicidad te causa fealdad.
Te rechazo, no me gusta tu pelo canoso, ni tus entradas que hacer entrever una calva, te haces viejo, no me gusta lo viejo, ni siquiera de joven me gustabas, menos ahora.
Ya no tienes los bonitos ojos y llenos de luz que una vez me cautivaron, tienes la mirada triste, arrugas en el entrecejo, así ya no me enamoras.
No me gusta tu cuerpo, estás gordo, amorfo, has perdido ese cuerpo “medianamente” pasable que tenías, ya has dejado de ser apto, dejaste de ser válido.
Donde unas protuberantes montañas, hoy quedan apenas dunas. Donde serpenteaban curvas, hoy quedan rectas.
Donde había una sonrisa brillante hoy queda, bueno, no sé si queda algo.
¿Y esa cicatriz? No puedo ni mirarla, ¡tápate estúpido!
Has perdido tu chispa, el humor que te caracterizaba, las noches que convertías en días, las aventuras que llegaban sin cesar, la forma de creer en la vida, esa capacidad de inventiva y hacer realidad lo que sueñas.
Te has perdido, ya no te quiero, tengo que ir a cambiarte, así no me sirves, necesito el ticket de devolución.
O tal vez…
Eres alguien imperfecto, pero justamente eso te hace diferente, no sobras, eres único, eres alguien totalmente válido.
Me gusta tu nariz irregular, que tan bien va con tu cara, esas arrugas que van asomando cuando sonríes, ¡te quedan TAN BIEN! Cómo se nota que has sonreído mucho en tu vida, cómo se aprecia que has sido feliz.
Te acepto, me gusta todo de ti, esas canas que van asomando te hacen tan sexy, tan maduro, tan atractivo… ¡Bendita madurez!
Sigues manteniendo ese brillo de esperanza en los ojos, esa mirada chispeante… Iluminas el camino por donde piso, ¡que personalidad tan arrolladora!
¡Cómo me gusta tu cuerpo! Me encanta apretarte, estrujarte, tener donde coger o aunque no tengas, ¡estás de lujo de todas las maneras!
Me gustan tus rectas, tus curvas, tus dunas, tus recovecos, tu piel. Esa sonrisa pícara que nunca has perdido con el paso de los años.
Estoy enamorado de esa cicatriz, es la marca de la experiencia, la marca de haber sufrido y de poder contarlo, es la marca que te recuerda que tú eres fuerte, que eres alguien fuerte, eres un jabato que ha sabidos salir adelante, pese a todo, pese a todos, has luchado…
Y ese coraje por la vida, ¡es lo que me tiene enamorado de ti coño!
Creo en ti, creo en el carisma que te caracteriza y que madura con los años, en tus sueños, en tu forma de ver la vida.
Creo en tus errores porque te han hecho mejorar, creo en tus fracasos porque te han hecho ser mejor persona, has aprendido, has vencido muchos miedos y te quedan otros muchos, aún así continúas, ¡hasta creo en tu forma de seguir creyendo en los demás, a pesar de los batacazos que te has llevado!
Creo en tu capacidad de cumplir con todo lo que te propones, creo en el optimismo con el que te levantas cada mañana, creo en cada una de las nuevas versiones de ti… Con todo lo viejo y con todo lo nuevo.
Y hoy frente al espejo digo:
Te quiero, no te cambio por nada.
No me cambio por nada.
PD. Diálogo a utilizar con tu propio espejo, las veces que te hagan falta.
Cuando compartimos, mejoramos todos.
#CompartirEsMejorqueCompetir
- Publicado en HistoriasQTP
¿Te Quiero?
¿Me quieres? Te quiero cariño.
Te quiero de aquí a la luna, de la luna al sol, desde el sol a las estrellas, desde las estrellas al universo entero.
Te quiero de forma tan especial, esta forma tan única y mía, una que sólo yo sé que puede hacerse.
Lo hago tan suavemente como el aleteo de una mariposa, como la brisa del mar rozándote la cara, o tan apasionado como un volcán en erupción.
Te quiero SÓLO para mí.
Te busco, te encuentro, ¡hasta te acorralo!
Te juzgo, te digo lo que tienes que hacer, es obvio que yo sé lo que es mejor para ti.
Te exijo unas normas que cumplir, confío en mi criterio absoluto, sé lo que hay que hacer en cada momento, ¡dónde va a parar!
Te anulo por tu bien, entiende que debo hacerlo por tu comodidad.
Te abrazo, te aprieto, lo hago tan fuerte que te asfixio.
Te quiero tanto que exijo cumplamos juntos mis proyectos, los míos, que son mejores que los tuyos.
Te protejo (a veces en exceso), te empujo a veces demasiado, me hago cargo de todo, ¡es que te quiero tanto!
A veces tendré que mentirte, pero recuerda que es por tu bien.
Te conozco, sé lo que te gusta y lo que no, invado todo de ti porque yo sé que me necesitas, cambiaré todo lo que crea y sea necesario para que estés a gusto.
Te absorbo, te abduzco, te pego a mi piel, te atrapo, te consigo, te capturo, me apego, me obsesiono, nos convertimos en uno.. Es tanto lo que siento que no sé ya ni quién soy yo ni quién eres tú, ni quiénes somos nosotros… ¿Te quiero?
Para mí el AMOR es algo que va más allá de una relación de pareja, es amor por un amigo, un compañero de trabajo, tu madre, tu padre, tu hermano, tu perro, tu gato, tu casa, tu trabajo, tus proyectos de vida, el lugar donde vives, es AMOR, así, en mayúsculas. El mundo es amor y éste gira gracias a él, se paraliza cuando no existe.
Tú MUNDO se detiene cuando no tienes amor, cuando no lo sientes ni por ti ni por los demás. Dejas de girar.
El amor es amor y punto. No hay más misterios ni medias verdades, no entiende de reglas, no entiende de sexos, no entiende de razas, no entiende de lugares, no entiende de distancias, el que ama, lo hace y punto.
El que duda si ama, es que no lo hace.
No importan fechas como el jodido San Valentín, y tampoco lo es que te PARTAN y te estallen el corazón, una y mil veces, aquí lo que importa que no dejes de ser tú mismo aún teniendo el corazón reventado, pues el corazón es un órgano tan fuerte que, incluso estando roto y hecho pedazos, no deja de latir.
Tú no dejas de latir.
Realmente no importa a quién quieres, sino cómo lo haces.
TE quiero.
ME quiero.
Cuando compartimos, mejoramos todos. ¿Compartes este post?
- Publicado en HistoriasQTP